Tras los ERTE llega la avalancha de concursos de acreedores

Llegada la primera fase del resultado de la crisis económica dimanante del COVID-19, protagonizada por los ERTE´s; ahora se vislumbra un nuevo, sombrio y desconocido panorama: el de los futuros concursos de acreedores, reconocido explicitamente hasta por el CGPJ como por los propios Juzgados, que se encuentran a la expectativa y "preparados" para afrontar una alud de concursos de acreedores.

Cierto es que el Art. 42 del RDL 8/2020, de 17 de Marzo, declara que "el deudor que se encuentre en estado de insolvencia, no tendrá el deber de solicitar la declaración de concurso... mientras esté vigente el estado de alarma..." (Art. 43.1) así como que "Tampoco tendrá el deber de solicitar la declaración de concurso, mientras esté vigente el estado de alarma, el deudor que hubiera comunicado al juzgado competente para la declaración de concurso la iniciación de negociación con los acreedores para alcanzar un acuerdo de refinanciación, o un acuerdo extrajudicial de pagos, o para obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio..." (Art. 43.2), pero se me antoja una solucion tibia e insuficiente, porque el plazo de suspensión se presenta insuficiente y porque el plazo de suspensión debiera ir acompañado de otras medidas de apoyo (fiscales, económicas, etc), que coadyuvaran la viabilidad economica de la unidad productiva.

Sin olvidar los perniciosos efectos que tiene para los administradores, la calificación del concurso, caso de no actuar en plazo, como concurso culpable, en las condiciones que determina el Art. 164 LC, lo que conlleva como consecuencia para los administradores o liquidadores, tanto de derecho como de hecho, y para los apoderados generales, que puedan tener que responder solidariamente con su patrimonio personal, respecto a las deudas de la sociedad que se hubieran generado o agravado por esta causa. En resumen, nos encontramos ante una situación y panorama funesto, al que hay que otorgar una pronta solución.