Los sueños de los niños

A los profesores de las Escuelas de Negocios nos encanta ilustrar conceptos con ejemplos de equipos. Hoy os quiero hablar de uno de ellos. Pero no es ni el Barca ni el Real Madrid. Ni tan siquiera es un equipo de fútbol, ni de baloncesto, balonmano. Es un equipo de esquiadores; diez niños y niñas de entre 13 y 16 años de edad que sueñan con formar parte del Equipo Nacional y, ¿quién sabe? participar algún día en unos Juegos Olímpicos. Todos disfrutamos cuando España gana la Eurocopa, cuando Nadal gana Roland Garrós, Alonso es Campeón del Mundo o se consigue un Oro en los Juegos Olímpicos. ¿Y sabes por qué eso seguirá siendo posible? ¿Por qué seguiremos celebrando los éxitos de un deportista español? Porque en estos momentos, en algún lugar de nuestra geografía, hay un niño que sueña... y trabaja duro para que su sueño sea realidad. 

Uno de los mayores problemas para todos los niños que compiten es encontrar el equilibrio entre deporte y estudio. Esta situación se complica cuando hablamos de adolescentes (estudiantes de educación secundaria) que han de compatibilizar sus estudios con los entrenamientos. Y más compleja es aún la situación cuando hablamos de un deporte como el esquí, que no puede ser practicado cerca del lugar de residencia del deportista (como sucede con la natación, el fútbol, atletismo, tenis….) ya que los entrenamientos han de realizarse en pistas muy alejadas de los núcleos urbanos.

La adolescencia es un periodo difícil para todos los estudiantes. A la presión por los estudios se suma los cambios biológicos que experimentan los chavales. Y a todo ello, en el caso de los deportistas, hemos de añadir que se encuentran ante el desafío de uno de los saltos más importantes y definitivos de sus carreras deportivas: el salto de las categorías inferiores a la categoría absoluta.¡¡Y todo esto ocurre al mismo tiempo!!

Estos 10 niños y niñas del equipo de esquí son admirables. Aún son niños, pero por naturaleza son grandes triunfadores. Viven en un mundo en el que hay que organizar bien el tiempo, establecer objetivos, superar las adversidades, ponerse retos y auto gestionarse. Sin embargo, durante estos años (entre los 13 y 16 años) la presión (¿lograré convertirme en un deportista de élite?) se presenta como uno de los retos más difíciles incluso para los deportistas más comprometidos y organizados. Básicamente se les exige madurar hacia la edad adulta, ser un excelente estudiante y progresar deportivamente hasta niveles absolutos…en un periodos de dos/cuatro años. Y en el caso de los esquiadores, lejos de sus familias, su entorno y sus colegios, ya que han de entrenar en las montañas.

La jornada de estos jóvenes deportistas comienza a las 7:00 de la mañana. Desayunan y a las 8:00 se desplazan hacia las pistas de esquí. Se enfundan sus equipos para soportar temperaturas bajo cero. Preparan su material. Y de 9:00 a 13:00, durante cuatro horas diarias, seis días a la semana, entrenan disciplinadamente. A las 14:00 horas se duchan, cambian, almuerzan y sin solución de continuidad se preparan para estudiar de 16:00 a 20:00 horas. A las 20:30 cenan y caen agotados en sus camas para descansar ya que al día siguiente otra larga jornada de entrenamiento y estudio les espera. A todo ello hay que sumar los desplazamientos y las concentraciones para las competiciones a lo largo de la geografía nacional, desde el Pirineo Catalán hasta Sierra Nevada.

Pero nadie dijo que el camino hacia la gloria fuera sencillo. Además, saben que el esfuerzo siempre tiene su recompensa. Alguien que lleva esta férrea disciplina, y que además debe luchar contra otros que también llevan el mismo rigor, lo lógico es que salga mucho mejor preparado para afrontar los retos que encontrará a lo largo de su vida, como profesional y como persona.

Seis días de entrenamiento a la semana de enero a abril; cuatro horas diarias con temperaturas bajo cero, nevadas, ventisca… Lejos de su entorno, de sus familias. Y pese al agotamiento físico y mental, siempre con una sonrisa en su rostro y dispuestos a levantar el ánimo del compañero que se ha lesionado, que se ha caído en una puerta y no ha puntuado en una carrera, o que echa de menos a su familia. A lo dicho: admirables.

Por eso el esfuerzo de estos niños lo hemos de recompensar. Y la mejor forma de hacerlo es facilitando al máximo esta importantísima etapa en su formación como deportistas y personas. Para ello hemos desarrollado un proyecto educativo que les ayudará con sus estudios. Un equipo compuesto por un tutor y dos profesores (uno de ciencias y otro de letras) convivirá con ellos durante la temporada de entrenamientos y competiciones y les apoyará en sus estudios, desarrollando las clases de los deportistas por las tardes. Y hemos diseñado una campaña de crowdfounding para financiar este proyecto de Esquí Estudio (https://makeachamp.com/esquiestudiosallent). Una campaña que te invito a conocer, participar y difundir.

Todas las noches de invierno, en Sallent de Gállego, en el corazón del Pirineo Aragonés, tras una dura jornada de entrenos y estudio, diez niños y niñas sueñan. Y gracias a esos sueños tal vez dentro de unos años estaremos todos disfrutando de los éxitos del próximo Nadal o Gasol. Ayudando a que sus sueños se hagan realidad contribuimos a que los nuestros sigan cumpliéndose.