La oratoria

Una de las emociones humanas más primitivas que existen es el miedo. En muchas ocasiones, este miedo carece de bases y no es más que una mentira con apariencia de realidad. No obstante esta emoción es tal que nos puede paralizar. Hablar en público es un buen ejemplo de lo anterior y se encuentra a la cabeza de la lista de los miedos del ser humano; en tal grado que cuando se le pide a alguna persona que diga algunas palabras ante un auditorio, llega a expresar: "me quiero morir", o lo que es lo mismo: prefiere morirse antes que hablar.

Su adiestramiento y perfeccionamiento como orador puede servirnos en los negocios -y en la vida-, más que el conjunto de todas las demás cosas que haya estudiado. ¿Por qué? Porque elimina la timidez y la falta de confianza en uno mismo y nos da valor y aplomo para tratar con la gente.

Sabemos que el mando generalmente corresponde a la gente que puede ponerse de pie y decir lo que piensa. Pensar y expresar sus ideas con claridad, efectividad y soltura, tanto en conversaciones familiares, de amigos, de negocios, así como ante grupos más numerosos, es tal vez la habilidad más preciada del ser humano.

Es bien sabido que el personal mejor pagado, aún en áreas tan técnicas como la ingeniería, no es el que más conoce de ingeniería, sino aquel que además de disponer de ciertos conocimientos técnicos, tiene la competencia para expresar sus ideas, despertar entusiasmo, ser persuasivo y tener influencia en los demás; características esenciales de un buen líder.

Sería muy  importante  que desde el colegio se dediquen cursos y esfuerzos para desarrollar y asegurar la competencia más apreciada entre todas, independientemente de las profesiones a las que se vayan a dedicar las personas, porque saber el arte de la oratoria, sobre todo da seguridad en uno mismo y en lo que transmite.

Para mí sin duda de todos los cursos que he recibido, ha sido el más importante y no sólo para mi carrera profesional. No obstante si no se practica y se "cultiva" no se puede crecer este arte. En siguientes post os contaré más sobre  la oratoria donde no importa tanto lo que dices, sino como lo dices (entonación, volumen, apoyo gestual,...)

Fernando Santa Isabel