RESTAURANTE VIVARES – MI RESTAURANTE FAVORITO EN MADRID - (HISTORIA DE UNA LUCHA QUE LLEVA YA MÁS DE 37 AÑOS EN LA BRECHA)

                                             Restaurante Vivares - C/ Hortaleza 52 - Madrid

Quiso una admiradora invitarme a comer y yo que huyo de la gente y de esas cosas, acepté a regañadientes, sabe que eso no me gusta, que me siento incómodo, sabe y entiende que no es un gesto de mala educación por mi parte, pero como lo sabe, la da lo mismo, que lo mismo la da. Así que no me quedó otra que aceptar. 

Más me valía. Pero aún así puse mi condición, que fue la de no ir a algún "sitio" , sino que este sería el Restaurante Vivares, de toda la vida. Mi Vivares. dado que gran parte de mi familia ha nacido y se ha criado en la zona en donde está el Vivares, pues ese barrio me lo conozco, aparte de ser un barrio donde más clientes tenía de cuando estuve vendiendo colores hasta 1998.

Es raro que un negocio así y que abrió en 1980 funcione durante tantos años y con tanto éxito, pero no hay casualidades que valgan, sino que todo es fruto de un duro trabajo conjunto y familiar.  Así la historia del Restaurante Vivares es la de Antonio y Maribel sus fundadores. Emigrantes españoles que vinieron de Suiza hace ya 40 años. Con la idea de dar de comer al hambriento y de beber al sediento a cualquier hora, por las tantas penurias que tuvieron que pasar y por las que se vieron obligados a emigrar hacia lejanas tierras, fuera de su patria.

¿Vivares? ¿Qué significa Vivares? Hay que decir que “Vivares” no es un nombre elegido al azar ni con fines publicitarios, y sin embargo, cuando lo nombras en un grupo, es difícil que uno o varios de ellos no hayan comido alguna vez en él.  Sus orígenes: una extraordinaria comida tradicional y casera de influencias Mediterráneas y extremeñas. De hecho recibe este nombre, porque la financiación inicial de esta aventura procedía de unos terrenos heredados por Antonio en este pueblo de Extremadura .   

“¿Vivares?, lo conozco, se come como en casa

Y es que el “Boca a boca” ha sido siempre su mejor publicidad y nunca mejor dicho de un restaurante, que ha conquistado a generaciones por su comida, su trato a la clientela, su “Savoire Faire” y su contínua adaptación a los tiempos, creándose entre su clientela asídua y no tanto su propia “Marca Personal”.

La “Comida de Maribel” ha imprimido concepto y estilo, estando su origen murciano siempre presente   y no sólo por sus ingredientes también sino por sus sabores, los que conocen bien a Maribel, saben de que estoy hablando.Sin embargo y tal como he dicho ha ido adaptándose a los tiempos y a su fiel clientela, siendo las claves de su “oficio” el ir continuamente más allá y estando siempre en la vanguardia. Ofreciendo hasta una suculenta colección de platos internacionales. 

Habiendo incorporado sugerencias de esa clientela, buscando y formándose en buenas escuelas siempre con una máxima: “Mimar a sus clientes y clientas” Todo el mundo tiene cabida en Vivares. Allí no se discrimina a nadie. Todo el mundo en Vivares es bienvenid@ y se siente bien Y hallad@.  Y aunque me da que no tienen menús para celiacos, ni diabéticos, aún así todo el mundo es bienvenido.

El resultado de la cocina del Restaurante Vivares es una amplísima colección de platos pensados para cada momento y siempre a un precio imbatible. La relación calidad-precio es siempre altísima. Así mismo la frescura de sus productos es indiscutible, una cocina “de mercado” al alcance de todos los paladares.

Pero quien sabe del Restaurante Vivares, sabe lo que significa el “37”. El local en donde se ubicó por primera vez y de color Naranja, que aparte de llamar la atención supuso un cambio de concepto que sorprendió a mucha gente, dando respuesta a las necesidades de una población joven, en edad o en mentalidad, que reclamaba un aire nuevo, moderno, con un toque más sofisticado y sorprendente. Fue el ensayo perfecto para lo que ahora es hoy el Restaurante Vivares. Donde lo bueno, bonito y barato sigue teniendo cabida. Y tanta que después de pasarse al 52, ampliaron al local de Pinturas UVI.

Suele estar bastante lleno, como norma general, y aunque a veces hay que esperar, no hay que desesperar, puesto que la Itaca del buen comer nos estará esperando. De hecho, te apuntan en una lista y te avisan en cuanto tienen una mesa disponible. Y dada la gran variedad de platos  grandes, sustanciosos, ricos y sabrosos servidos siempre en vajilla de diseño para elegir en el menú es normal que haya tanta gente y que haya veces en que esté lleno hasta la bandera.

Aunque abren temprano como todos los negocios similares de la zona para dar desayunos ,es a  partir de las 12 de la mañana cuando abren el restaurante y empiezan a dar "Menús del día" y así no paran de darlos hasta bien pasadas las 12 de la noche cosa que en Madrid no es normal y de Lunes a Domingo y por el mismo precio ya sea un Domingo, un lunes o un Festivo. Tarifa plana siempre en el "Menú del día". 

Aparte también hay una carta para quienes quieran comer a la carta. Se puede ir cualquier día y a cualquier hora a comer o tomar unas copas, unas cervezas o unos aperitivos, la cocina siempre está abierta, en marcha y a pleno rendimiento. Un menú del día que resulta eterno por un precio muy ajustado, por la calidad de su comida. ¡Ojalá! Yo supiera cocinar así. ¿Qué más se puede pedir? Los empleados atentos y veloces como rayos. Lo que un buen restaurante que se precie necesita, vamos.

Yo cuando voy me siento "como en casa". A Maribel hace tiempo que no la veo, sin embargo Jose, su hijo, se ha hecho cargo con total acierto e implicación de este negocio familiar, tan entrañable y de su “Savoire Faire” e incluso lo ha mejorado ya que en su Madre ha tenido a la mejor profesora y siendo el Vivares su mejor escuela, ya que no vive como otras personas del legado, ni de las rentas de su Madre. 

Yo cuando voy y eso que voy muy de vez en cuando, por mis circunstancias, siento que me tratan como si fuera su único cliente. Hasta la mujer de Jose, me atiende de Maravilla. Así que para mi es entrar en Vivares y sentir que me tratan a cuerpo de rey. Hasta Jose cada vez que me ve, se alegra y me llama por mi nombre Nacho. 

Yo en varias ocasiones tuve la divina suerte y oportunidad de hablar con Maribel y que me contara su modo de hacer las cosas, llevar su negocio y mantener su "Marca personal". Sabiendo los muchos años que cuesta hacerla y mantenerla y lo fácil que es que en un segundo se venga todo abajo.  Maribel una Gran Mujer, muy cariñosa y bondadosa, de las que no permite que nadie se quede sin comer. 

Así que como un pequeño agradecimiento hice a Maribel un pequeño cartel con su nombre y lo que significa y que quienes vayan pueden ir a verlo, está puesto en una pared al fondo del local a la izquierda y del que pongo una muestra en la parte de abajo de este artículo.

Solo puedo decir que venir a Madrid, bien vale pasar por el Restaurante Vivares a comer o tomar algo y digo esto desde el corazón y no desde el bolsillo puesto que no me pagan por hacer publicidad, ya que como he dicho antes no la necesitan. Ya tienen el boca a boca, de su clientela, que es la mejor publicidad de todas.