Desde hace 3 años no tomo Coca-cola

Hoy quiero compartirles algo muy personal. Acabo de recordar que el 1 de mayo de este año, cumplí 3 años sin tomar una tan sola gota de Coca-cola.

Los cambios que he experimentado en mi cuerpo desde entonces han sido impresionantes, cada vez estoy en mejor condición física. Se me viene a la mente la voz de mis amigos, con los que he jugado basketball, diciéndome: ¿Qué tomás Hugo? Corrés durante todo el partido como si tuvieras 20 años. Esa frase siempre me hace sonreír y me llena de energía, sobre todo cuando veo a tipos de 26 a 33 años que no pueden continuar a los 40 minutos de estar jugando, je, je, y yo sigo, como dicen en la Madre Patria, como un crío, corriendo sin descanso.

Ahora en el gimnasio me parto el alma, y cuando estoy en la piscina, me he demostrado a mí mismo que puedo cruzarla nadando bajo el agua, ida y regreso. Tengo 37 años por cierto, cumplidos el pasado 4 de marzo.

Antes de tomar esta decisión de dejar de beber Coca-cola, recuerdo que era tanta mi adicción, que pasaba hasta un mes y yo pensaba: Va, no sé cuándo fue la última vez que tomé agua. Gracias a Dios nunca me pasó una enfermedad grave que me postrase en cama, o que tuviese piedras en la vesícula, ¡Uf! He escuchado tantas historias que hasta siendo escalofríos.   

¿Por qué la dejé? Un día, mientras cubría un partido de la eliminatoria de CONCACAF rumbo a Sudáfrica 2010, me vi en el espejo desnudo con un abdomen tan pronunciado que sentí asco y lástima por mí mismo. Dije: Si no paro ahora, en diez años voy a parecer una bola de grasa. En ese momento me pesé y lamentablemente la aguja llegó hasta las 213 libras, mido un metro con setenta centímetros, para que se hagan una idea de cómo podía verme.

Debo decir que no fue fácil, lo intenté 3 veces, fallé porque tuve el síndrome de abstinencia. La última vez dije: Voy a ir reduciendo la cantidad que tomo a diario, pasaron 3 meses y ya solo tomaba medio vaso de Coca-cola al día, hasta que llegó el 1 de mayo de 2013 y dije: Hoy sí, no vuelvo a probarla nunca más.

Poco a poco fui haciendo más ejercicio a la semana y mejoré mi dieta alimenticia. Ahora peso 162 libras, no puedo decir que estoy en mi mejor forma física porque me falta para tener el cuerpo atlético que deseo, pero lo doy todo cada vez que estoy en el gimnasio o que hago ejercicio al aire libre.