COMO DAR LA VUELTA A UNA SITUACIÓN NEGATIVA

¿Sabemos dar la vuelta a una situación negativa?.

Nos suceden acontecimientos que escapan de nuestro control. Tendemos a querer controlar todo aquello que nos rodea y cuando nos sentimos incapaces, inseguridades, miedos y desesperanza se hacen dueños de nosotros. 

Desde mi punto de vista, esa necesidad de control es una bomba interna que somos incapaces de desactivar. Podemos controlar nuestras acciones e incluso pensamientos. Tenemos libre albedrío en este campo. Pero no sobre aquellos que nos influyen directamente. Familia, amigos, pareja..... Todos poseen la misma capacidad de decisión, con su propia historia, que aunque sea paralela a la nuestra, es sólo suya. 

Por ese motivo surgen situaciones que nos marcan profundamente. No hay control que valga. No podemos hacer nada al respecto. Un familiar fallece y nos sentimos impotentes embriagados por el dolor y con la sensación de que podíamos haber hecho algo más. Tu pareja decide terminar la relación porque deja de sentir lo que sentía y enloquecemos queriendo desesperadamente que cambie aquello que siente. 

Son situaciones que no dependen de nosotros. Pero sí depende de nosotros el enfoque que demos a esa situación. Me explico. 
Cada suceso negativo (o positivo) tiene siempre más de una cara, pero habitualmente somos incapaces de verlas. Estamos demasiado inmersos en el impacto que nos ha producido la noticia y nos bloqueamos. Casi siempre vemos el negro tizón en el que nos sumergimos hasta casi ahogarnos. 

Pero cuando haces el esfuerzo (porque entiendo que supone un esfuerzo) de buscar esa otra perspectiva, somos capaces de reaccionar de un modo que puede llegar a sorprendernos. 
Mi padre enfermó de gravedad de un modo rapidísimo y los médicos le dieron poco tiempo. Lógicamente fué un shock familiar. Parte de mi familia se enrocó en el dolor y se bloqueó. Yo inicialmente también. Pero decidí aprovechar al máximo el poco tiempo que me quedaba con él y con una fortaleza desconocida, ser el calmante y paño de lágrimas de parte de mi familia. 

Ese mes no me separé de su lado. Pasé cada noche con él viendo como poco a poco se marchaba. Pero mi obsesión sólo era tranquilizarle. Que supiera que aquí dejaba una hermosa huella y que estuviese tranquilo, porque todo iría bien. Hasta que descansó por fin. Opté por aportar todo lo que estaba en mi mano y no dejar que el dolor me impidiera pasar ese tiempo con él lo mejor posible. 

Es cuestión de perspectiva. Las cosas pasan. No podemos hacer nada al respecto. Pero de ti depende darle la vuelta a la situación. En mi caso, nunca mi familia estuvo tan unida. 

De ti depende, amigo mío.

Post sacado del blog Reflejas