¿Apocalipsis en el Valle?

Nos vienen advirtiendo desde principios de año. A la galopante inflación que preside el escenario económico hemos de añadir una preocupante ralentización de la economía; y si el fantasma de la estanflación no asustara lo suficiente, añadamos al coctel un nivel de endeudamiento estratosférico. Vienen tiempos difíciles y el termómetro de Silicon Valley es el venture capital; hoy los inversores actúan con mucha cautela y buscan apuestas seguras; no es momento para la desmesura.

Los despidos han llegado a Silicon Valley. Hasta ayer, trabajar en una tech era sinónimo de altos salarios y beneficios adicionales; los primeros se recortan y los segundos se extinguen. ¿Son sólo una medida de reducción de costos para capear el temporal o habrá que resetear la cultura? ¿Cuál es el problema que amenaza con generar un terremoto en San Francisco antes de que llegue el Big One?

Los problemas de Netflix son muy distintos a los de Meta y nada tienen que ver con los de Twitter. Cada empresa tiene sus particulares problemas "micro", pero existen una serie de problemas "macro" que afectan a todas.

Problema nº 1: sobredosis de AstraZeneca

Un fenómeno que incrementó el valor de sus acciones y multiplicó ingresos; las empresas tecnológicas fueron las ganadoras durante la pandemia; el mundo se suscribió a Netflix, pasaba horas en Facebook, Instagram y TikTok, teletrabajaba con Zoom y mientras los centros comerciales permanecían cerrados, compraban a saco en Amazon. Las acciones de estas tecnológicas subieron como la espuma y aquellas enormes dosis de liquidez se destinaron para expandirse, incorporar porar más personal, desarrollar nuevas verticales (que no han funcionado)... Pero llegan las vacunas y a medida que la pandemia suavizaba sus efectos, los consumidores comenzaron a regresar hacia comportamientos de consumo menos "tecnodependientes": más pasear en bici y menos Play.. más reuniones con los amigos en los bares y menos tiempo en redes sociales...ir de compras... volver a la oficina y mandar al carajo al Teams. Las vacunas nos libraron de los efectos de la pandemia, pero no sentaron bien a las cuentas de resultados de muchas de estas compañías. 

Problema nº 2: sobredosis de billetes

Además, la "nueva" normalidad pospandémica se ve afectada por la decisión de los Bancos Centrales durante los últimos años, obsesionados con los bazocas para lanzar billetes a diestro y siniestro y su consecuencia más funesta: inflación. Suben los costes de los alimentos, los tipos de interés...y por si fuera poco Putin lleva al mundo a una guerra que trastoca los mercados energéticos y dispara las facturas de electricidad y gas en los hogares. El consumidor ajusta velas, reduce gastos y cancela su suscripción a Netflix, Apple Arcade, ve menos anuncios en Youtube e Instagram...

Problema nº 3: consecuencias de la edad

Pero en tercer lugar, no podemos obviar algo muy importante: algunas de estas compañías tecnológicas de las que hablamos son ya viejunas; están muy maduras. ¡El iphone ha cumplido 15 años! Youtube tiene más o menos la misma edad. Y, si fueran personas, ¡Google y Facebook podrían ya beber cerveza en cualquier estado! Ya no resultan tan atractivas a los ojos de los inversores como lo eran en los 2000 o en la década de los 2010 cuando solo podían hacer una cosa: crecer. Entonces eran startups disruptivas y hoy parecen más gigantes establecidos. Ya no pueden prometer a los inversores crecimientos masivos y multiplicación de ingresos. Por eso ahora reconocen que "las cosas se están desacelerando por el entorno macro pospandémico" pero que los inversores han de confiar en ellos porque dentro de pocos años "el consumidor se trasladará a un espacio virtual que el talento disruptivo de sus secret labs está desarrollando y llamamos metaverso donde encontraremos mercados que hoy no existen, productos que no existen, servicios que no existen...y beneficios estratosféricos que ahora no existen por entonces si existirán". Pero, ¿funcionan estas promesas? Creo que los inversores no están siendo seducidos por esos cantos de sirena...y el problema no es tanto del canto...como de la sirena. Me explico.

Si Google, Netflix, Apple, Facebook...son viejunas..¿qué podemos decir de sus founders? Se hacen mayores. ¡Muy mayores! La mayoría se han ido retirando poco a poco... Steve Jobs pasó a mejor vida, Bill Gates se ha ido a vacunar al mundo, Jeff Bezos compra el Washington Post y se pone mazas para hacerse selfis con su nueva novia...quieren hacer otras cosas porque...¿tal vez dirigir esos gigantes corporativos ya no sea tan interesante?

Aquellos años dorados en los que Google o Facebook ganaban tanto dinero que podían permitirse el lujo de pagar salarios estratosféricos y facilitar beneficios escandalosos (comida gratis, autobuses hasta la puerta de tu casa, gimnasios, masajes....) por el momento, no volverán. No queda otro remedio que pisar el freno.

Bye, bye cultura

El problema que veo es que esos "chavales" que purrulan por los campus de Google, Meta, Dropbox...no saben lo que es trabajar sin esos beneficios...porque nunca lo han hecho. Solo han estado allí durante la época de bonanza. La última crisis tecnológica (la de las puntocom del 2000) a muchos les pilló en la guardería. Esta gente solo sabe trabajar para empresas que cada trimestre ganaban mucho más y, para retenerles, ofrecían salarios obscenos y chefs con estrellas Michelín que no repetían menús durante todo el año. Sus buzones cada semana se llenaban con obscenas propuestas de Twitter, Airbnb, Uber, Adobe... para que pasaran a formar parte de sus equipos. Y si querías dejar Facebook para montar una startup, había pasta de sobra circulando por el valle; y si la startup fallaba...a lo mejor Facebook te la compraba y volvías a trabajar para ellos.

Esos "chavales" solo han conocido una cultura y muchos lo van a pasar mal durante un tiempo, porque tendrán que readaptar su modo de vida, renunciar a caprichos superfluos, regresar a un apartamento más pequeño, trabajar más horas, llevarte el sándwich de casa al curro...y descubrirán lo que es trabajar para una empresa.

Es el fin de una era; el fin de algunos mitos; el fin de una cultura. Pero ni de lejos será el fin de Silicon Valley. Porque todo esto forma parte de la esencia de Silicon Valley; es necesaria una destrucción creativa donde las cosas viejas son derribadas y se construyen cosas nuevas y geniales que las sustituyen. Facebook y Twitter se irán al garete y entre los miles de individuos con talento que allí trabajan cuatro frikis dirán, “muy bien, hagamos algo nuevo".

Y ese “algo nuevo” será mejor…y una nueva cultura florecerá en el valle; nos sorprenderá, entusiasmará, la  analizaremos, admiraremos e intentaremos replicar. Y la historia de éxito de Silicon Valley escribirá un nuevo capítulo.