Y AHORA, ¿QUÉ HAGO?

Texto original "E agora, o que fazer?"  de Mayara Rodrigues Barbosa

Y de repente, todo se vuelve del revés. Por lo menos es lo que me parece.

Pero después de todo, ¿qué hacer cuando todo cambia?

Esta es una pregunta que me la vengo haciendo desde el día en que decidí cambiar mi vida.

Un buen empleo, una relación estable, algunos amigos y aquella rutina incansable de trabajo, estudios, quehaceres domésticos y todo ello con un sentimiento de vacío constante, un sentimiento de: - ¿Qué estoy haciendo por mí, por mi vida?

Creemos en circunstancias palpables. Aquellas que por regla general, son fundamentales en nuestras vidas. Y lo que acabamos es estar dejando de vivir realmente por culparnos de "abandonar", lo que parece estar bien, pero que en realidad no está.

Y recomenzar, es siempre mucho más difícil que cuando empezamos a dibujar eso mentalmente.

Una nueva casa, una nueva ciudad, nuevos amigos, un nuevo empleo, por fin, un regreso.

Antes todo estaba dentro de los parámetros de cómo debe ser. Pero y cuando esos parámetros ya no tienen más sentido para uno mismo es que realmente se inicia un conflicto.

Un conflicto interno, muchas veces silenciado por la lógica y la razón que hace aferrarse a un deseo de buscar algo para que realmente valga la pena hacer algo con la vida de uno.

Trabajos frustrantes, relaciones tóxicas, personas que absorben la energía de uno, lugares que no te hacen sentir ni un poquito de esperanza de que todo es pasajero y de que todo va a mejorar.

Es en este momento que se debe buscar un nuevo camino. Un camino que es de uno mismo y no de tus padres, amigos o de vendedores de humo y falsas esperanzas.

Entrando en el área psicológica, la depresión se inicia con sentimientos como éste, de insatisfacción por poner un ejemplo. Cuando sabemos que las cosas no son o no van como queremos. Pero y aún así, no podemos ver una luz al final del túnel, ni una solución o ni un volver a empezar.

Millones de personas pasan por eso, realmente no es fácil. Pero vivir quejandose es aún peor.

El victimismo contribuye a que nos paralicemos en situaciones que nos frustran. Tal vez como esto lo hagamos como una forma de protección, pues creemos que tal vez el medio no nos favorece, la pareja no coopera y la familia no aconseja.

Y buscamos en otras personas la solución de nuestras frustraciones internas, de nuestros monstruos interiores. Pero sabemos que sólo nosotros podemos resolver y cambiar nuestros parámetros de conciencia, mejorando nuestro humor y nuestra manera de ver la vida.

¿Qué es lo que yo quiero? ¿Hasta dónde puedo llegar? ¿Cómo puedo hacer esto para cambiarlo?

Las preguntas son el camino para trazar la meta de la realización de lo que uno busca.

Y tal vez, estar solo sea el comienzo para un camino mejor.

Por experiencia propia, estar solo en momentos de decisión más complejos, es una forma de entenderse y de auto conocerse uno mismo. Hay cosas que no necesitamos oír, si no es para nuestro bien. Entonces, es cuando se debe escuchar la la voz de nuestra conciencia.

El comenzar de nuevo, el volver a empezar es siempre una forma de probarnos de que sí, somos capaces. Y nosotros somos capaces de cambiar tantas veces como creemos necesario.

Lo que no vale, es acomodarse con aquello que ya no sirve para nuestra vida. Todo tiene su tiempo y espacio. Y todo también tiene su hora de finalización en nuestra vida.

Volver a empezar es buscar siempre alimento para nuestra alma y más brillo para nuestra vida.

Si no no se encuentra uno  bien, hagamos para que siempre estemos cada vez mejor.

Por  Mayara Rodrigues Barbosa.