UNA PARADITA NUNCA VIENE MAL

Vivimos a 1000 por hora. Hacemos las cosas por inercia y pocas veces nos detenemos a pensar que estamos haciendo. Simple rutina, sin más. Y un buen día te levantas extraño, raro, con la sensación de que algo no va como debería. Pero, ¿Qué?.

Ese es un buen momento para hacer una paradita... Y reflexionar.
¿Reflexionar? ¡Cómo! ¡Si no tengo tiempo para eso!. Se saca. Y no sólo es bueno hacerlo, es necesario.

Detenerse implica recapitular lo andado y ver hacia donde te ha llevado. ¿Es necesario hacer una corrección del rumbo?. ¿Han cambiado tus objetivos? ¿Y tus necesidades?. Son preguntas que deberíamos hacernos. Porque la vida se reduce a una sucesión de etapas consecutivas, que en ocasiones que solapan entre sí y nos hacen perder la perspectiva real de la situación.

Estos períodos pueden medirse en plazos de tiempo según los objetivos que nos hemos marcado en el pasado respecto nuestro presente y futuro. Cuando esos objetivos no se están cumpliendo, es tiempo de analizar porqué y hacer las correcciones necesarias.

No es fácil ya que implica algo que nos aterra: tomar decisiones. La toma de decisiones nunca es fácil. Implica elegir una vía desechando las demás. Y ahí aparece el miedo a lo desconocido. Nos aterra elegir un camino sin saber con certeza si es el correcto o no. Lamentablemente, esa respuesta únicamente puede dártela la perspectiva del tiempo. Pero tienes que tener siempre muy presente que existe la posibilidad de corregir el rumbo en cualquier momento. Tal vez eso te sirva para minar un poco ese terror a lo desconocido.

Yo he realizado una paradita hace bien poco. Por temas laborales, ese miedo a lo desconocido ha regresado y tengo que lidiar con él de nuevo. He estado sembrando desde hace tiempo y no se aún si la cosecha está madura o tengo que seguir cuidandola un poco más.

Estoy buscando el enfoque correcto para poder lograr mis objetivos marcados anteriormente y es hora de tomar decisiones. ¿Asustado?. Un poco. Pero nada que no pueda superar. Se que antes o después todo se clarificará por si solo así que un poco más de paciencia y a seguir confiando en mi. No me ha ido tan mal hasta ahora. Es el cierre de una etapa, solo eso. Y no es la primera etapa que cierro en mi vida.

Y entre tantas dudas y confusión, a relajarse. Dudar no es malo. Es clarificador. Elija lo que elija, tengo la completa seguridad que será algo que me ayudará a crecer aún más.

Y es que , amigos, una paradita nunca viene mal....