Una de Piratas, desde el país de la fantasía.

En aquellos tiempos, se movían por el Caribe todo tipo de personajes... (como hoy en otros sitios) 

El (como hoy) lo podéis usar en este texto a vuestro parecer, conviene que en cantidad.

Después de una dura jornada de trabajo, me encontraba yo tumbado en un tronco junto a la playa, a mi lado Asori. Así se llamaba mi nuevo compañero, el que me tenia que enseñar los trucos a emplear con la chalupa, para ganarme unos doblones. Entre los dos una botella de Ron "perdida" accidentalmente en algún naufragio. 

Menguada la botella empezó a contarme su historia.

No te puedes creer lo que me paso en las tierras del Norte. Llegue allí por una oferta de trabajo en el buque Power de la compañía General y Talcia y con esfuerzo alcance el puesto de tercer oficial. La vida me sonreía, traslade a mi mujer y mi hijo a Port Royal donde nació mi segundo retoño. Una discreta pero bonita casa, un trabajo bien pagado y pocas preocupaciones, pues hasta de los encuentros con los piratas nos libramos. Piratas suspiró.

El Power era un buque con años pero muy marinero, lo apreciaba, a él y a la tripulación. Un día al llegar de Charleston, El capitán y el segundo agarraron todo el oro y desparecieron del mapa. Un barco viejo y bloqueado, con eso nos encontramos. Mil ojos nos miraban y el tres por ciento eran solo deudas. 

Los marineros, que confiaban en mi, me animaron "se tu el capitán" y yo, por cariño y algo de ego acepte el reto.

Creí que era hábil y que por eso conseguí el beneplácito de la compañia, así lo pensé tal y como te lo cuento.

La empresa, (perdón barco) empezó a funcionar y el gobierno local (perdón compañía) se fue fijando en nosotros como el águila en un ratón.

Me había comprado una casa con campos para tener un futuro, todos ganábamos mucho, sin embargo nubes oscuras se acercaban sin poder apreciarlas.

La compañía lo vio claro, un accidente en el Power, nuevo barco, nuevo Capitán su sobrino y todo arreglado con un tres por ciento. 

Lógicamente no lo íbamos a dejar así, llegaríamos donde hiciera falta, y llegué, y me quede solo en el juicio.

Seguramente se pasó del tres al cuatro por ciento al aumentar los sillones del tribunal en Port Royal.

Para no ir al cadalso, vendí, todo lo vendí y no lo hice con mi alma porque nadie me la compró.

Retorne al Sur, con tan solo una lección en mis bolsillos y muchos agujeros en mi ética, soy humano y pecador.

Fue entonces cuando me dí cuenta que ya no quedaba ron en la botella, el truhan se había bebido la mitad o más sin compartir un misero trago. No mentía, Asori era un humano pecador de ética ausente. 

¿Mintió en su historia? Dados los acontecimientos que conocemos de Port Royal, pienso que no. Solo ganó unos tragos de ron. 

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, incluso con los datos de la brújula y el sextante.

Y esta es la historia MARIA CARMEN CARAYOL GARCIA que te comenté por tu ¿Ganadores o perdedores? y por la que amablemente diste permiso para mencionarte.

El mundo necesita más ética y unas cucharadas de conciencia para afianzarla.

Imagenes CC