¿Somos malos...o solo infelices?

“La vida es dura, el mundo es malo, la gente es mala. Si eres débil se aprovechan, se ríen de ti, te critican y te juzgan. No confíes en nadie, no digas quien eres, donde vives y qué quieres hacer. Mantén la distancia. Si no, vas a sufrir”. Más o menos es esto lo que escuchamos desde la infancia…que el mundo es malo. “No hables con desconocidos y ni se te ocurra coger algún caramelito si te lo ofrecen”. ¿Qué habrá pensado el niño enfermo de cáncer y que quiere ser torero, al enterarse de que algunas personas le desean la muerte? ...¿Que hay gente mala…mala de verdad? A ver…Si hubiera dicho que quiere ser piloto de caza e ir a bombardear por allí ¿hubiera sido mejor acogido? ¿En que nos estamos convirtiendo?

Ya sé que la vida es dura, podría decirse que encima es peligrosa (más aún por la mañana cuando salimos con prisas), que el trabajo y el estrés nos roban toda la energía y que el tráfico nos saca de quicio. Estamos siempre “enchufados” a algo…En el semáforo, metro o autobús, sacamos el móvil y chequeamos el Facebook. Hacemos nuevos amigos y le damos al “like” a diestra y siniestra. Cuando no estamos con el teléfono, verificamos el email, nos mandamos “caritas sonrientes”, jugamos con alguna aplicación…en fin, siempre estamos corriendo y descontentos… sin saber porque.

¿Puede ser porque no estamos muy contentos con nuestro físico, con el dinero que es poco, con el tiempo que nos falta, o con nuestra vida en general?…Lo que es seguro es que en algún momento algo se tuerce y entonces nos volvemos malos, vengativos y, como siempre, habrá víctimas colaterales que van a pagar el pato.

La paradoja es que…aunque la mayoría hacemos fácilmente muchas amistades en las redes sociales, en la vida real nos volvemos más solitarios. Nos volcamos en las nuevas tecnologías pero perdemos valores importantes: amigos, familia, sentimientos…

¿Nos afecta la maldad de la gente?

Claro que si…a mí personalmente me ha hecho perder la confianza. Hace dos años, en una gasolinera de Eslovenia, dos conductores de un autocar de turistas, me han robado el bolso. ¿Qué significa para una mujer quedarse sin bolso?…es como perder las bragas. No es una experiencia agradable. No se lo deseo a nadie. Esto te marca en todas las relaciones futuras, sean de amistad, laborales, de pareja…Solo el pensar de que la gente es mala te crea un comportamiento de “auto sabotaje”. Tu desconfianza crece, estas todo el tiempo súper vigilante y cada vez que una persona se te acerca, aunque lo hace para preguntarte una dirección o simplemente la hora, aprietas con fuerza el bolso…

Me ha costado lo mío volver a confiar en la gente…me he dado cuenta a tiempo que este comportamiento desconfiado me hacía vulnerable.

Y la gente vulnerable y asustada adopta una actitud agresiva como mecanismo de autodefensa. Se transforma en juez…y cree que esto le da derecho a decir cualquier barbaridad. Yo misma he dicho un montón…sobre los ladrones. Después me he dado cuenta que no se trata de ser desconfiada sino más bien de ser precavida. Lo de robar es cuestión de elección: a mí, por ejemplo, me gusta leer y a ellos (a los ladrones) les gusta robar…

Personalmente creo que no hay gente mala… solo que algunas personas eligen ser malas y que su comportamiento tiene detrás un cúmulo de malas experiencias, que les ha llevado a esto. Elisabeth Kubler-Ross, una psiquiatra y escritora suiza dijo en un momento dado que: “Las mejores y bellas personas que conocemos son aquellas que han conocido el sufrimiento, que han luchado y han perdido pero que han encontrado una salida. Estas personas han aprendido a apreciar la vida, han ganado en sensibilidad y comprensión hacia la gente que les rodea. Por esto son bellas”. Nunca mejor dicho…