Sanidade simplifica el trámite para instalar desfibriladores fuera de espacios sanitarios

La norma busca extender la concienciación sobre la primera atención a una parada, siempre en comunicación con el 061.

Las causa más común de una parada cardiorrespiratoria es la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular sin pulso, dos escenarios que tienen como único tratamiento una desfibrilación eléctrica. Con el objetivo de multiplicar las opciones de supervivencia y ensanchar el mapa actual de desfibriladores externos (en la actualidad son algo más de 700), Sanidade prepara un nuevo decreto sobre la instalación de desfibriladores automáticos y semiautomáticos (DESA) en espacios no sanitarios que simplifica el proceso a los particulares interesados y centraliza las exigencias de capacitación para su uso por personal no sanitario, reconociendo de modo automático toda la formación certificada por el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar.

"Nos interesan muchos desfibriladores en espacios públicos y nos interesan muchos voluntarios capacitados para manejar esos desfibriladores en caso de necesidad", explicó ayer el subdirector xeral de Ordenación Asistencia e Innovación Organizativa, Antonio García Quintáns. Se trata, incidió el subdirector, de "concienciar a todo el mundo de que en cualquier centro con un flujo importante de personas es positivo que se instale un desfibrilador, cualquiera, desde un albergue de peregrinos hasta un estadio de fútbol".