Ramón el cartero.

Ramón era cartero. De los de antes…de los que repartía las cartas a mano. Las cuatro urbanizaciones lo conocían bien. Y lo querían.

Ramón había visto crecer a casi todos los chicos de esa zona. Todas las mañanas con su bicicleta recorriéndose los buzones y dejando paquetes. Conocía a casi todo el mundo por sus nombres. Y a todos saludaba al pasar. Tocaba el timbre de su bicicleta…ring...ring,…y a todos dedicaba una sonrisa.

Siempre estaba dispuesto a ayudar. Si los paquetes eran grandes hasta los cargaba dentro de la casa. Todo el mundo le quería...

Pero los tiempos han ido cambiando. Ya apenas se envían cartas. Todo el mundo usa el e-mail. Y paquetes muy pocos y casi siempre por mensajerías. Correos decidió recortar personal. Y dado que Ramón era de los más antiguos, decidieron pre- jubilarlo.

En la urbanización la noticia sentó fatal. Lo iban a echar de menos…y mucho…siempre con los ojitos brillantes,…y esa sonrisa medio picara.

En su último día Ramón no daba abasto. Todo eran abrazos y saludos afectuosos...muchas vecinas le regalaban pasteles….otras algún recuerdo. Fotos…todos se hacían “selfies “hasta alguna que otra lagrimita. Doña Amalia no se lo había tomado muy bien…le iba a echar de menos. Quien le iba a saludar ahora a ella ...que por “decir las cosas como ella las sabe “casi nadie le dirigía la palabra. Quien le iba a decir ahora…con ese tono cariñoso de Ramón….Amalia no seas tan cotilla…

Y así fue Ramón haciendo su ruta. Su última ruta. Casa por casa lo fueron despidiendo. hasta que llegó a casa de Aurora. La que el marido era tan bruto. Era una de las últimas casas del barrio. Ramón llamó al timbre…

...Cuando se abrió la puerta ....la visión fue un shock. Allí estaba Aurora…con ese cuerpazo ...con una gran sonrisa y llevando solo una negligé….negra…transparente…sin nada más debajo...

Nada más abrirse la puerta agarró a Ramón por los hombros y le pego un morreo del 43. Ramón estaba estupefacto….mudo…

Cogiéndolo de una mano,  Aurora condujo a Ramón hacia el interior de la casa. Había flores…olía a perfume caro…en el equipo de música…. Barry White a toda leche….OOhhhbebeebyyynbbaabyyywhatamgonnadowithyou….ohhh bebee…Barry desgañitándose…las paredes vibrando…Ramón no daba crédito a lo que le estaba pasando.

Una vez en el dormitorio. Sin dejar de besarlo… Aurora le fue quitando el uniforme. Cuando llego a los pantalones Ramón estaba "catatónico". Del todo. Pero eso no detuvo a Aurora. Desnuda y con la boca llevó a Ramón a donde él nunca había estado antes.

Los siguientes 45 minutos fueron para Ramón los mejores de su vida. Nunca antes semejante mujer le había hecho sentir de esa manera….y que cosas le había hecho ¡¡¡.

Cuando terminaron…Ramón pidió darse una ducha. Ella lo acompaño al baño y le entregó un juego de toallas nuevas,  que había comprado el marido en Portugal, unas semanas antes.

De vuelta en el salón…ya con su uniforme...Aurora le esperaba en la mesa. Había abierto una botella de un Ribera del Duero y había preparado varios platos con chacinas….jamón…morcón…queso del bueno…

Cuando terminaron y en la puerta...Aurora le dió el ultimo morreo…y con un gesto rápido le introdujo un sobrecito en el bolsillo superior de la chaquetilla.

Ramón… aun con la cara tonto…. Sacó el sobre y vio que contenía un billete de 20 euros. Con gesto sorprendido y sin articular palabra, miró a Aurora con cara de...Y esto?...

Aurora le respondió con una amplia sonrisa…

Oh…si…si...es que le dije a mi marido que te jubilabas y que si te preparamos algo. Y él me dijo.

….Dale 20 euros y que lo follen….

...El aperitivo…lo del aperitivo es cosa mía…