¿QUE SIGNIFICA SALIR DE TU ZONA DE CONFORT?

También está muy de moda, decir, “estás en tu zona de confort” otra frase que la oigo por todas partes, mi madre la mujer que tiene casi 80 años, me dijo: es que tu padre como está en su zona de confort………y ahí, justo ahí fue cuando pensé se nos ha ido de madre la frasecita….

Pero esto de la zona de confort ¿que es?……para mí, mi zona de confort es estar con mis hijos en mi sillón que le doy a un botón y me levanta los pies, comiendo palomitas y viendo una película de acción en la que esté muy claro que el malo es malo, y el bueno es bueno. Que como me lies mucho, no me entero de nada.

Eso es mi zona de confort. Cuando leo, es que lo importante y necesario, es salir de tu zona de confort, pues en ese territorio es donde encontrarás las posibilidades de una nueva vida y de nuevos proyectos profesionales, lo intento. Y es entonces cuando estoy dispuesto a romper mi zona de confort. Y voy y lo hago y dejo la peli y me voy con mis colegas a echar unos botellines y unas bravas, y eso sí una de oreja que le gusta a mi amigo cepillo. No sé si esto es romper la zona de confort, pero yo cuando rompo la mía del sillón encuentro momentos muy felices. Y además proyectos muy interesantes. La barra de un bar, es territorio propicio para montar negocios imaginarios que nunca se llevan a cabo, pero que te hacen muy muy feliz.

Y con todo esto en mi cabeza, llego al trabajo, y me dice mi jefe. Si es que lo que te pasa es que estás en tu zona de confort. Y pienso ¿como sabrá este hombre que me he ido a tomar botellines con mis colegas?

Eso si, cuando ya la historia tocó la cima del concepto manido y triturado por la popularidad, fue cuando en la reunión de vecinos, el vecino del 2-b que es un hombre bien formado, y al que le gusta escucharse, en plena efervescencia de su monólogo y con el dedo índice mirando al cielo dijo: Hay que despedir al administrador y buscar opciones. Lo que le pasa a ese hombre es que está en su zona de confort.

Claro que sé a lo que te refieres cuando me dices que salga de mi zona de confort, pero también has de explicarme a lo que me tengo que enfrentar y como tengo que estar preparado:

1. Aparecerá el miedo. Estate preparado para ello. Como emoción primaria que ha servido para evolucionar y adaptar el organismo a entornos nuevos, debes de controlarlo. No has de negarlo, ni que se convierta en el dueño de tu toma decisiones. Pero aparecerá. Prepárate para saber gestionarlo.

2. Aparecerán expectativas nuevas. No esperes demasiado ni tampoco nada. Se realista de lo que sabes para salir de tu zona, y esto te ayudar a valorar bien tus riesgos. Sé coherente y haz un balance sensato de las consecuencias positivas y negativas que traerán consigo tus decisiones en un nuevo entorno para ti.

3. Fórmate antes, durante y después. Si eres zapatero y decides salir de tu zona de confort y montar una carnicería, estudia para carnicero. Fórmate. Rodéate de carniceros. Pregunta. Informarte. Porque si no, cuando te llegue alguien pidiendo un filete en vez de preguntarle si lo quiere de falda o de solomillo, le preguntarás que número de pie tiene.

4. Decide por ti mismo si la solución en la búsqueda de la felicidad está en salir de tu zona de confort. A veces no es esta la solución. Por mucho que venga Spiderman y te lo diga.

En fin, ya lo hicimos en épocas pasadas, como decir “entre comillas” al tiempo que levantábamos las manos y bajábamos los dedos, como si las comillas se hubieran transformadas en dedos humanos. Pero quizás este término era más inocente. El problema es que con “sal de tu zona de confort” estamos dando un consejo que puede acarrear cambios importante para la persona, y tiene que estar preparados para ellos, porque a veces no hay que salir de tu zona de confort.

Ahhh y si este texto te ha “tocado de alguna manera” sal de tu zona de confort y verás como entiendes que solo tú puedes decidir lo que es tu zona y si quieres o no salir.

Creo recordar que fue Groucho Marx el que dijo, que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, y que cuando llegara ese momento solo esperaba que le tocara el sillón de su casa.

Francisco José Paredes Pérez