Primera Mezquita, primer edificio Mudéjar, primera Santa con WhatsApp

Todo en uno, esa es la Mezquita-Iglesia del Cristo de la Luz de Toledo.

Estimados amig@s, no hay mejor guía que aquella persona que te transmite sus conocimientos con pasión. Eso es lo que he comprobado al visitar la espectacular ciudad de Toledo y, en especial, una pequeña mezquita que se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol, ojo que aquí no hay boca de metro, pero sí AVE. Se llama este monumento "Mezquita del Cristo de la Luz".

Pudiera ser que esta mezquita fuera la más antigua de toda la península (siglo VIII),  incluida la de Córdoba. Sus dimensiones son diminutas, 81 metros cuadrados aproximadamente, es decir, como una vivienda media actual. Estaba situada en una de las arterias principales trazadas por los romanos; ya sabéis, las famosas "Cardo máximo" y que podéis apreciar en la foto superior, más bien mal,  en la parte inferior derecha, con grandes losas perfectamente encajadas. Sus dimensiones, 5 metros de anchura. Esta vía tenía orientación norte-sur, así como el "Decumano" este-oeste. Como curiosidad, sabed que junto a la mezquita, bajo la calzada, se encuentra la cloaca romana que aún sigue utilizando el ayuntamiento de Toledo.

Pues bien, centrándonos en el edificio. Los estudiosos se inclinan por pensar que esta mezquita era, algo así como la canción del patio de mi casa, "particular". Fue mandada construir por la familia Ahmad ibn Hadidi, "muy famosos en su casa a la hora de comer". Se encontraba sobreelevada, destacando nada más traspasar la puerta de Valmardón. Seguramente la idea era sobresalir como familia de relevancia, un "aquí estamos nosotros, fijaos qué importantes somos".

Los árabes, y esta familia en particular,  eran muy prácticos ellos, reutilizando los restos romanos y, por eso, las columnas que podéis ver fueron reaprovechadas de los romanos, así como los capiteles, de los visigodos. Imagino que su lema fue algo así como "la pela es la pela". 

Con el paso del tiempo, Toledo es tomada "tras cuatro años de asedio" por Alfonso VI. En otro momento merece la pena contar la historia de este rey, pero, a modo de anticipo, os diré que éste es el del Cid, la jura de Santa Gadea, las batallas de Sagrajas y de Uclés, donde les dieron hasta en el carnet de identidad, y otras historias tipo "Gran Hermano" de TV.

La leyenda que da nombre al Cristo de la Luz cuenta que, una vez tomada Toledo (1085), "gracias a un acuerdo de capitulación que permitía a los árabes seguir viviendo en la ciudad con sus costumbres", al pasar frente a la mezquita el caballo del Cid, se arrodilló justo al paso de la misma, no queriendo avanzar, como señal de veneración a un Cristo que, tras un tabique, había permanecido oculto con luz de candil durante los siglos de la dominación musulmana. "Lo que habríamos ahorrado en luz con este sistema". 

La piedra blanca que podéis ver en la foto inferior izquierda "que parece un punto de penalti", sería el punto exacto donde se detuvo Babieca Messi. 

Una vez dominada Toledo por los cristianos, éstos ceden la mezquita a Monjes Templarios que la amplían en el siglo XII, dotándola de un ábside, utilizando el  mismo tipo de material de la mezquita y con la misma tracería. Esta ampliación fue realizada por mudéjares, es decir, aquellos musulmanes que permanecieron en territorio cristiano. Yo me suelo liar con los mudéjares y los mozárabes, estos últimos son al contrario, cristianos en tierras árabes. Podéis ver en la foto inferior la ampliación con el ábside en primer plano y esa unidad en la construcción.

El elemento económico puede que tuviera que ver en la decisión de construir con los mismos elementos. La zona no es rica en canteras y traerlas suponía un coste importante. Por otro lado, los árabes estaban especializados en construir en ladrillo. 

El Cristo al que alude la leyenda no se conserva. El que podéis apreciar en la foto inferior es una reproducción. El original se encuentra en el Museo de Santa Cruz y se data entre los siglos XII y XIV. La iglesia está decorada con pinturas románicas y, se aventura, que fue un árabe quien pintó a Dios dentro de la mandorla. La verdad es que, de primeras, parece tocado con un turbante. 

El Cristo que podéis ver, tiene, como casi todo en Toledo, una leyenda. Cuentan que este Cristo era muy milagroso y visitado por gran parte de la comunidad cristiana que besaba devotamente sus pies. Este fervor levantó envidias en un judío que quiso eliminar tal veneración, para lo cual, envenenó los pies del Cristo. Curiosamente, al día siguiente, ningún cristiano se acercó a besar los pies de la imagen. Sólo al final del día, una anciana se aproximó y quiso rozar con sus labios los pies y, justo cuando los iba a tocar, el Cristo los desvió. 

Bonita leyenda, no tanto para el judío.

Otra curiosidad simpática. Dentro de estas pinturas, hay una a la cual se le ha llamado "la Santa del WhatsApp" con bastante guasa porque parece manejar un teléfono móvil  poniendo un mensaje. Podéis verla más abajo. No me digáis que no es acertado. Eso sí, a mí el móvil, me parece un poco antiguo.

Amig@s, no dejéis de acercaros a Toledo y, comenzad por esta pequeña joya. Intentad que el guía del monumento os la cuente.

Ya sabéis, carretera y manta.