Me gustas porque eres plátano

Todos los que tenemos un hijo autista con hermano, esperamos que algún día lleguen las malditas preguntas por parte del hermano mayor. Además, esas preguntas no son una oportunidad, no es el momento de hacer comprender, simplemente son las conocidas como las “preguntas mierdas que ningún niño debería de hacerse nunca”.

A mi ya me ha tocado. Mi hijo mayor me ha preguntado ¿Cuando voy a poder jugar con mi hermano? ¿Algún día se va a curar?.

Ante estas preguntas solamente hay dos maneras de responder. La primera, cogiendo la puerta de atrás y salir llorando por ella, y la segunda dando un golpe en la mesa al tiempo que das una lección magistral de vida.

Yo cogí la primera opción, y cuando bajé la mirada porque no sabía si iba a ser capaz de ahogar el llanto, mi hijo escogió la segunda opción y me dijo: “Papá, tranquilo, que lo que le pasa al hermano es que es plátano”. Captó mi atención, pero pensé por un momento que estaba diciendo alguna tontería de niños. Le pregunté con voz temblorosa: ¿Porqué dices eso hijo?. Pues mira papá, porque todos nosotros somos peras, tú, mamá, yo, los tíos los yayos, y Lucas es plátano. Es diferente, pero lo importante es que es fruta.

Y con este tipo de respuestas es como los niños se hacen enormes y tocan el cielo, y es así como se llega a la siguiente conclusión: si tuviéramos huevos les dejaríamos gobernar el mundo pues nos iría mucho mejor a todos nosotros.

Hugo, ¡enorme, grande, brillante!

Texto de Paco Paredes en su blog:

Reflexiones de un autista