«Más que internet, el agua corriente fue el invento que me sorprendió»

Ángeles González Campillo. Centenaria

Aquello de que cien años no son nada, que reza el bolero, es una solemne tontería. O, cuando menos, eso parece al contemplar la larga e intensa vida de Ángeles González, quien estos días celebra su centenario y se ha convertido en la abuela de Torre Pacheco. Y también de su Alguazas natal. Escuchar sus historias, con la pátina de autoridad que imprime el tiempo, evidencia el gran avance que la sociedad ha experimentado en las últimas décadas. Para ella, por ejemplo, más importante que internet fue la llegada del agua potable. O el desarrollo de los antibióticos y las máquinas para trabajar los campos. Casi nada. Ahora, en la atalaya de sus cien años, observa orgullosa a sus hijos, nietos y bisnietos. Y asegura que, de cuantas cosas ha vivido, le encantaría volver a casarse con su marido. «Era bueno, guapo y cariñoso». Así cualquiera.

-¿Qué hay que comer para vivir cien años?

-La dieta mediterránea es la mejor, aunque más importante son los alimentos. Yo crié a mis hijos igual que mis padres. Primero con leche. Teníamos dos cabras, que se alimentaban con hierba, maíz y cebada cultivada por nosotros, como el trigo para hacer el pan. Yo amasaba todas las semanas. Y también, buena carne. Solo se mataba el pollo del corral en ocasiones especiales. Su alimento era el grano y el amasijo. Y todo así, ¡natural!

-¿Y qué más hace falta?

-Encontrar la felicidad en trabajar y en hacer todo el bien que podamos. Y cuando somos ancianos, tener mucho cariño, cuidados y compañía. Yo los tengo, porque vivo con mi hija y su familia.

-Si tuviera que elegir algo de su vida, ¿con qué se quedaría?

-Casarme con mi marido. Fui lo más importante para él y al revés. Nos quisimos mucho desde el primer día hasta el último. Era bueno, guapo, cariñoso... Lo tenía todo.

-¿Y qué no le gusta recordar?

-La muerte de mi hijo. Y las penas que pasamos en la guerra. Me dan miedo esos políticos intransigentes. No tienen maña para ponerse de acuerdo pues no saben su oficio.

-Cuentan que usted conoció al Rey Alfonso XIII. ¿Cómo fue eso?

-Estaba en la estación de trenes con las cartas que salían en el llamado Rápido. En ese instante, un hombre con ropas diferentes se bajó del tren. Me sorprendió y me acerqué. El Rey puso su mano en mi pelo y me sonrió.

- Usted mantuvo una tienda frente a la histórica fábrica de La Molinera. ¿A cuántas operarias les fio para que pudieran casarse ?

-A todo Alguazas y a las que venían de Archena, Campos del Río, Las Torres... Se llevaban de todo, desde electrodomésticos a colchones y lencería. Los sábados salían con el sobre y pagaban poco a poco.

-Usted decidió sacarse el carné de conducir. ¿Fue complicada la cosa?

-Tenía 59 años. Decidí sacarme el carné antes de que cumpliera los sesenta y me lo negaran. Recuerdo que me dio clases uno a quien llamaban 'El Gitano', hijo de 'La Gorda'. La cuestión es que me presenté al examen y aprobé a la primera.

-Además, mucho antes que el Inserso, comenzó a organizar excursiones de mayores. ¿Cómo se le ocurrió la idea ?

-(Risas) ¡Otra buena idea! Entre el alcalde, Silvino Jiménez, y el médico, que era don Javier, vimos la necesidad de ayudar a personas que no habían hecho otra cosa que trabajar toda su vida. Queríamos que disfrutaran. Viajamos por toda España.

-¿Qué invento o modernidad, de las que ha podido conocer, le ha llamado más la atención ?

-Comprendo que es grandioso internet; pero yo no lo entiendo. El teléfono es útil, pero el agua corriente fue lo más importante para mí. Teníamos que ir a lavar la ropa al río. En verano y en invierno, a la parte alta, antes de que enturbiaran el agua los vertidos de las acequias. También fueron muy importantes las máquinas para los trabajos agrícolas y los antibióticos.

-¡Que cumpla muchos más!

-¡Y que usted los vea, hijo!

http://www.laverdad.es/murcia/201607/06/internet-agua-corriente-invento-20160706012027-v.html