La Yoli.......................

Querida Yoli,

Permíteme sumergirme en el océano de tus intenciones altruistas con el teletrabajo, esa brillante estrella en el firmamento laboral. Es fascinante cómo buscas liberar a los trabajadores de las supuestas garras del empresario, un personaje que, en tu narrativa, parece sacado de una obra de Dickens.

Veamos el juego de los números. Subir el salario mínimo suena a música celestial, pero ahí viene la inflación, como una nota desafinada, arruinando la melodía. Los trabajadores, en este concierto económico, parecen más espectadores que protagonistas.

Ahora, sobre el empresario, el "ogro" de esta fábula moderna, su papel se reduce a proporcionar tecnología y un poco de energía eléctrica. Pero, ¿has pensado en la orquestación detrás de escenas? Empleados más vigilados que en la oficina, perdiendo el toque humano del trabajo en equipo. Imagina un ballet donde cada bailarín practica en su casa y luego intentan una presentación conjunta. ¿Armonía o caos?

Aquí viene el interesante desenlace: una vez que el empresario domine esta nueva danza laboral, ¿qué le impedirá buscar bailarines en otros países, donde el aplauso cuesta menos y es igual de gratificante?¿y si este ogro se convierte en un ángel guardián de la migración? Al emplear a trabajadores de los paises mas desfavorecidos, donde un salario más bajo, es aún significativo, evita que tengan que embarcarse en la odisea de la migración. ¡Sorprendente!

Yoli, en tu noble intento de dirigir esta obra, podrías estar sin querer coreografiando un acto que presenta retos inesperados. ¿Será este el gran final que todos esperan en tu ballet laboral?