La vacuna que cuesta 47 millones.

            Es contra el covid. 

            Y también contra la mentira. No duele ponérsela. Lo que duele, en términos económicos, es no ponérsela. Esa es la cantidad que el serbio Novak DjoKovic puede dejar de ingresar si LACOSTE rompe el contrato de patrocinio con el número uno del tenis mundial.

            El tenista y la marca unieron fuerzas en 2017 cuando firmaron un contrato por 47 millones de € en virtud del cual el serbio se embolsa 9,4 millones al año. René Lacoste era tenista. DjoKovick lo es. Una firma ligada al mundo del tenis como embajadora del mejor tenista del mundo. Mejor patrocinio, imposible. Juego, set y partido… 

            El matrimonio de conveniencia era para 5 años, pero ambas partes acordaron en agosto de 2021 -cuando la postura antivacunas del jugador era popularmente conocida- ampliarlo hasta 2025. "Su audacia, tenacidad y amabilidad me impresionaron y estoy orgulloso de que podamos continuar nuestra aventura común juntos", dijo entonces el director ejecutivo de LACOSTE.

            En el termómetro particular del tenista la temperatura de las no ganancias puede subir mucho más. PEUGEOT, HUBLOCK y ASICS, los otros patrocinadores, también se lo están pensando. Y eso que su nombre -Novak- suena a laboratorio. Todo un revés cruzado a sus expectativas de beneficios. Ese dinero no lo necesita. Posiblemente la vacuna su cuerpo sí.

            Pese a que la polémica ha surgido ahora, el posicionamiento de Djokovic no es nuevo. "Personalmente, me opongo a la vacunación y no quisiera que alguien me obligue a vacunarme para poder viajar", apuntó en abril de 2020 cuando quedaban meses para que llegaran las primeras dosis y el mundo vivía el peor momento de la pandemia. 

            Pablo Burillo, director del MBA en Dirección de Entidades Deportivas de la Universidad Europea, ve clara una transferencia de la imagen del jugador a las empresas que lo rodean. “Las marcas crean una personalidad a través de las personas que patrocinan, se humanizan a través de los deportistas”,

            Ser el número uno del mundo es, sin duda, un aliciente importante para las empresas, pero los logros deportivos no son lo único que cuenta. “Las marcas buscan personalidades con unos valores similares a los que ellas quieren transmitir” . Una moneda que tiene dos caras: “no digo que ocurra en este caso en particular, pero es cierto que, a veces, a las marcas les gusta aliarse con los chicos malos”, reconoce Francesc Cruces, director del máster en Sports Management de EAE Business School.

            ¿Grand Slam perdido? ¡Qué va…! Los recursos de una vida con muchos trofeos ganados son así. Tal vez por eso (o sin eso) el jugador antivacuna adquirió el 80% de una compañía farmacéutica danesa para desarrollar tratamientos contra el covid. Nueva inyección de dinero. Se vacunó de antemano contra las posibles pérdidas. 

            Lo que deja de ganar no pinchándose él lo gana pinchando a otros. Pero su imagen, como alguna de sus pelotas, ha traspasado la línea. Y sin necesidad de acudir al otro famoso jugador tecnológico del tenis. Me refiero al “ojo de halcón”.

            Out.., One more service…

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