La magia de un atardecer

Esta tarde, serían las 20 h. en la carretera de vuelta a casa .... que más da que carretera sea. Os diré por si queréis saberlo que lo que se vislumbra al fondo es la sierra de Guadarrama , en Madrid. Maravillosa, ¿verdad?

La vida son instantes efímeros, como las puestas de sol y no pueden esperar porque si esperas mucho se van. Ves ese color rosado en el cielo y sientes el impulso de pararte a contemplarlo, y de disfrutar lo que la naturaleza nos regala. Con paciencia, paladeando cada momento y sin dejar de mirar.

Esos momentos nos los dan para eso, para que nos paremos y disfrutemos simplemente de la vida, sin pensar en más. ¿Que son? ¿diez minutos? Pero diez minutos maravillosos en el que el cielo va cambiando de color y te regala la obra de arte más viva que puedes contemplar.

Y después, después la vida sigue con sus prisas, con sus dificultades y con sus alegrías, la vida sigue pero esos diez minutos, esos diez minutos son tuyos, solo tuyos y de nadie más.

Yo os invito a regalaros unos minutos al día para disfrutar de pequeñas cosas que se hacen grandes ante tus ojos:  un atardecer, un olor, un sonido, una melodía especial, los colores de la tierra, las hojas que caen, un cuadro, una mirada, una voz, un recuerdo... cuantas cosas maravillosas hay a nuestro alrededor y no sabemos mirarlas. 

Saber amar es saber mirar. Así que miremos la vida, amemos la vida.