FRACASAR NO ES MÁS QUE AJUSTAR TU PUNTO DE MIRA

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Lo primero, no soy seguidor del golf, pero éste símil me viene a huevo para explicar el concepto "fracaso", tan conocido como denostado por todos aquellos que lo hemos sufrido en algún momento (osea, todo el mundo). Porque, ¿Quién no ha sentido el fracaso en sus carnes alguna vez?.

Estáis tú y la pelota en un espléndido campo de la campiña inglesa ( si te cuesta visualizarlo, imagínate en un precioso campo de Móstoles. También vale). La tanteas con el hierro. Visualizas el hoyo, que no está a demasiada distancia. Es un golpe sencillo. Controlas el juego lo suficiente como para dejar la bola cerca del hoyo. 

Realizas un movimiento preciso y golpeas la bola con limpieza, seguro de realizar un gran golpe. Ésta surca el aire y va cayendo.... A tomar por saco de donde habías apuntado. Bien, en éste punto tienes dos opciones: tiras el hierro al suelo y te vas para casa a echar una partida a la Play (que tienes vidas infinitas) o te reconoces como un pésimo jugador de golf que va a intentarlo de nuevo. 

Tu fallo inicial pudo venir por no elegir bien el hierro, o no tener en cuenta la dirección y cantidad de viento que hay en el campo (estás en Inglaterra, no lo olvides). En un segundo intento puedes tener en cuenta estas variables y a lo mejor el resultado es otro. Te preparas. Te chupas el dedo como un profesional y lo aireas como si supieras lo que haces. Eliges un hierro más adecuado. Contienes la respiración y....¡ golpeas!. Bola en el hoyo. 

Ajustaste el punto de mira. Tuviste en cuenta otras variables y aprendiste del primer desastroso tiro. En eso consiste el fracaso, en ajustar tu punto mira una y otra vez hasta meter la bola en el hoyo. 

Yo he fallado bolas muy fáciles. Y hubo un tiempo que sólo hacía un tiro, y me marchaba a jugar a la Play. Creía que este juego no era para mi. Pero con el tiempo me he convertido en un jugador decente. Aún fallo muchos tiros fáciles, pero lo sigo intentando. Repaso mentalmente mis errores para no repetirlos en el siguiente tiro y mi hándicap empieza a ser bastante bueno (¿se dirá hándicap?). 

El caso es que fracasar, querido lector, no es más que intentarlo de una sola manera. Tienes muchas otras formas de repetir la jugada, no sólo la inicial. Prueba. Equivócate. Aprende. Y te aseguro que al final, la bola entrará en el hoyo.