Enfados y desahogos

La llegada de las redes sociales a nuestra vida marca una antes y un después en la comunicación con las personas, con las empresas, y en general, con nuestro entorno. 

Poder recuperar el contacto con personas a las que habíamos perdido la pista con el paso de los años, acercarnos a través de la mensajería instantánea a nuestros seres queridos que viven lejos, la comunicación directa con las empresas, un trato más personal y menos burocrático es un gran beneficio para la sociedad.

Con las redes sociales hemos conseguido grandes cosas, yo en particular conseguí que la Comunidad de Madrid cambiara un cristal roto en mi Centro de Salud, algo que no consiguió en un año la dirección del centro por los canales tradicionales, puedes leer el artículo aquí. A mayor escala y a nivel global muchas otras cosas se han conseguido que no mencionaré en este post, pero que seguro tendréis en vuestra memoria.

Hemos descubierto que además de comunicarnos por redes sociales, nos quejamos, y mucho. Nos convertimos en auténticos haters dejando aflorar nuestros instintos más básicos porque nos protege el anonimato, la pantalla del ordenador o del dispositivo móvil, eso nos da la sensación de estar "a salvo" de cualquier eventualidad o respuesta de la persona o empresa a la que atacamos.

Lo cierto es que los directivos de las redes sociales se ven inmersos en una gran disyuntiva, ¿permitimos el anonimato de los usuarios? ¿tienen derecho las empresas a defenderse y actuar según las leyes contra injurias y difamaciones? 

Hace unos años un artículo escrito por Enrique Dans sobre el anonimato y las redes sociales, dejaba clara su postura en cuanto a que  el anonimato es y debe ser un derecho fundamental en la red.

Es importante que sepas que cuando te creas una cuenta en alguna red social debes facilitar un correo electrónico, que también puede ser bajo un nombre anónimo, pero por seguridad de tu cuenta te piden un número de teléfono para verificarlo, así que si utilizas una cuenta de correo con un nombre falso y hablas más de lo debido en redes sociales, un juez puede pedir que se obtengan los datos de la persona que ha creado la cuenta. En esté artículo (de 2014) puedes ver de qué delitos te pueden acusar.

Las redes sociales son un reflejo (aumentado) de la sociedad. Si eres una persona respetuosa, con sentido común y mantienes estos principios en el offline y en el online, no tendrás que preocuparte, si no es así, medita y piensa lo que vas a decir antes de quejarte o acusar a empresas o personas.