EMOCIONES DE CINE: LA VIDA ES BELLA

"La vida es bella" (1997) Dirigida por Roberto Benigni

Como primer post acerca del mundo emocional en el cine, no podríais haberme sugerido una película más rica en matices, ya que si una palabra define perfectamente esta hermosa película es emoción.
Conseguir saltar de un lado a otro dentro del universo emocional no es tarea sencilla y es justo eso lo que Roberto Benigni consigue con su película.

Para aquellos marcianos que aún no la hayan visto ( que por cierto, no se que hacéis leyendo esto. ¡Verla pero ya!), esta historia está dividida en dos partes bien diferenciadas, una primera en la que la preciosa historia de amor entre Guido y Dora nos sumerge en la Italia rural de meses antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial,  y una segunda centrada en la supervivencia de Guido y su hijo dentro del campo de concentración en el que se ven sometidos por su condición de judío.

Y como os he dicho antes, el viaje emocional al que nos traslada esta película es tremendo. En la primera parte, conocemos a Guido. Guido es pura alegría de vivir, amén de poseer una tremenda seguridad en sí mismo. Y es esa seguridad y su diferente visión de la vida lo que enamora a una bella profesora del pueblo, Dora. La pasión de Guido por vivir, amén de un irresistible sentido del humor, hace que Dora se enamore perdidamente de nuestro protagonista. Y de este amor naceGiosué, un precioso e inocente niño que ve la vida a través de la imaginación que Guido le estimula día tras día.

Amor sin traba alguna, ilusión, risa, confianza,... son algunas de las emociones que sostienen la primera parte del relato. Guido nos muestra un ejemplo claro de lo que yo llamo "gente diferente", personas con ese halo especial que hacen magia con todo lo que tocan. Y esa "diferencia" se acentúa aún más en la segunda parte de la película.

En ella, él, su hijo y el campo de concentración son los hilos conductores. Ante una situación desesperada, el amor que Guido desborda por su mujer e hijo se hace aún más palpable y en lugar de dejarse llevar por una situación que no está bajo su control, decide actuar sobre lo que si puede controlar, su manera de enfocar su mundo en ese instante.

A través de la imaginación, opta por formar un mundo especial para que su hijo no tenga consciencia real de la realidad que están viviendo. Pocas veces alguien ha mostrado una "cara amable" de la mentira tan bien como el director italiano en este film, hasta el punto que logra enternecernos en multitud de escenas, empatizando a la perfección con Guido y su hijo.

En esta parte el desarrollo emocional varía, salvo por el amor, que desde mi punto de vista se intensifica aún más. Miedo, desesperanza mezclada con tenues ilusiones por salir de una situación que les desborda, tristeza,....  son los actores emocionales que con más presencia se hacen visibles.

Pero a pesar de todo, el amor se muestra como hilo conductor toda la película y ese amor el que deja un regusto de menor amargura al término de la misma. Guido no sólo ama, ama en todas las variantes posibles. Y es una maravillosa enseñanza de cuál debería ser el concepto ideal de amar.

Así que si buscas una montaña rusa emocional en forma de película, no lo dudes, La Vida es Bella es lo que estás buscando.