El boom de la economia colaborativa en China

He comentado en algunos artículos la decepción y preocupación que siento como europeo al observar en mis viajes a USA y China cómo evolucionan las personas, los negocios y el mercado en estos países en comparación con la lentitud y el conformismo con los que nos movemos en la vieja Europa (startups, vehículos autónomos, big data, mobile, apps….)

Y uno de esos ámbitos es el de la economía colaborativa. Mientras en USA proliferan modelos de negocio basados en activos compartidos (Uber, Airbnb, etc.) aquí en Europa nos dedicamos a criticarlos, obstaculizarlos mediante demandas en los tribunales e incluso algunos (como sucede con los taxistas) llegan a reaccionar de forma violenta.

Pero si hay un país dónde la economía colaborativa está siendo un fenómeno espectacular, ese en China. Fundamentalmente por dos motivos: 

• La penetración del móvil (que es la tercera mano de los ciudadanos chinos) y sus aplicaciones
• Y la conciencia colectiva de una sociedad en la cual el confucionismo marca la ideología de cientos de millones de personas. Generalmente los recursos no están distribuidos equitativamente entre los ciudadanos y la economía compartida proporciona una oportunidad para reasignar automáticamente estos recursos y hacer un uso completo de los mismos, algo que encaja a la perfección con la mentalidad colectivista de los chinos.

Lo primero que sorprende es el uso de bicicletas compartidas. Hace un año me llamaron la atención las calles de Shanghái unas extrañas bicicletas de color gris y naranja estacionadas aleatoriamente en las calles de la ciudad (fuera de los tradicionales puestos de alquiler que vemos en el resto del mundo). Me las encontraba en una esquina, delante de una restaurante, a las salidas de las estaciones de metro en los centros comerciales…. Unos meses después las bicicletas grises y naranjas se han multiplicado como roedores y te encuentras decenas de miles por todas las esquinas de la ciudad. Y no solo en Shanghai.

La semana pasada los responsables de Mobike se han puesto en contacto con nosotros porque quieren expandir su negocio a Europa. La compañía creó su modelo de negocio para "ayudar a cada ciudadano a moverse con facilidad, sin tener que pagar altos precios". El lanzamiento de la empresa se apoyó en otro elemento que resulta apasionante de analizar en China: las redes sociales. Comenzaron en Shanghai en el mes de abril de 2016 y en septiembre inauguraron servicio en Beijing para continuar por Guangzhou, Shenzhen y Chengdu. Gestionan alrededor de 100.000 bicicletas en cada ciudad.

Hasta finales del Siglo XIX la bicicleta era el medio de transporte en China (e incluso un símbolo de estatus social en las familias). En 1980 el 62,7%de los viajes en Beijing se hacían en bicicleta. Hoy solo el 11% porque el automóvil ha conquistado las avenidas y autopistas del gigante asiático. Y ahora la bicicleta compartida reivindica el papel protagonista del vehículo de dos ruedas como una solución a los graves problemas de movilidad (atascos) y contaminación que se generan en las megaurbes chinas.

Las bicicletas compartidas son las reinas de “la última milla”; esa distancia que conecta las estaciones de metro con oficinas, hogares, etc. (que en realidad en China es bastante más que “una milla”).

Usar Mobike es sencillísimo. Todo se gestiona desde el móvil. Encuentras una bicicleta por la calle (en cualquier esquina; hay miles) y la desbloqueas con tu móvil. La usas y la dejas donde quieres (no es necesario devolverlas en un lugar predeterminado) para que otros usuarios puedan utilizarlas. Es una bicicleta sólida (cuadro resistente) pero ligera y funcional. El volumen de bicicletas que fabrican les ha permitido reducir el coste de 3.000 yuanes a menos de 1.000 (unos 120 euros cada bicicleta) y los usuarios pagan medio yuan por viaje ( que son menos de 10 céntimos de euro).

A diferencia del modelo tradicional que conocemos en nuestras ciudades, las bicis compartidas chinas combinan las tecnologías de la localización por satélite, la cerradura digital que se abre con un escaneo de un código QR y el pago que se realiza mediante smartphones.

Las bicis grises de Mobike compiten junto a otras empresas que han replicado su modelo de negocio como Ofo (y su modelo amarillo), Bluegogo (azules) U-Bicycle y Xiaoming. Es tal la proliferación que hace unos días el gobierno chino ha dicho que regularizará el sector para evitar que decenas de miles de bicicletas bloqueen las aceras y salidas de metro, como ya está ocurriendo en muchos lugares.

Pero la fiebre de los consumidores chinos por la economía colaborativa no se limita a las bicicletas, el transporte (el Uber chino Didi Chuxing ha terminado absorbiendo a Uber en el país) o el alojamiento (el hermano chino de Airbnb, Xiaozhu ha levantado una ronda de 60 millones de dólares. Hemos visto modelos de negocio basados en compartir cargadores de móviles, paraguas y hasta balones de baloncesto.

Molisan es la empresa creadora del modelo de negocio de los paraguas compartidos. Cuando los chinos salen de casa sin paraguas y a lo largo del día comienzan las precipitaciones…compran uno barato (en cuanto llueve proliferan los vendedores callejeros). Resultado: muchos de ellos acumulan en casa paraguas que van comprando…y nunca llegan a utilizar de nuevo. Shen Weiwei (founder de Molisan) quiere cambiar el concepto que los chinos tienen del paraguas como algo barato y de mala calidad, que compran en la calle cuando llueve y luego acumulan en casa.  Para ello han colocado máquinas en lugares estratégicos como las entradas de metro para que cuando llueva la gente pueda alquilar un paraguas. Este se desbloquea con un código QR y una aplicación de móvil y se devuelve cuando se termina de usar, pagando un precio muy bajo por su uso, 1 yuan por hasta doce horas (0,13 céntimos de euro). Van a instalar 150 máquinas en Cantón, Shenzhen, Fuzhou y Hangzhou. 

Empresas como Xiaodian Technology o Laidian Technology se dedican a instalar máquinas en las que hay baterías portátiles que el usuario toma en un punto y luego devuelve cuando acaba de utilizarlas a un precio de pocos céntimos la hora.  Laidian Technology planea instalar más de un millón de máquinas distribuidoras antes del final de año, de las 2.000 que tiene ahora. Su competidor Xiaodian (recién creada) ha conseguido una ronda de 50 millones de dólares por parte de Tencent, el gran gigante tecnológico chino propietario del WeChat.

Según datos oficiales (Centro Estatal de Información) la economía colaborativa experimentó en 2016 un aumento interanual del 103% en el volumen de transacciones y continuará creciendo a un ritmo del 40% anual en los próximos años. Durante el año pasado, 600 millones de personas participaron en la economía compartida de China, 100 millones más que en 2015. El informe anticipa que el volumen de transacciones de la economía compartida representará más del 10 por ciento del PIB del país en 2020 y que la proporción continuará creciendo al 20 por ciento anual desde entonces hasta 2025. El informe añade que el nuevo sistema que genera la economía compartida penetrará en diversos campos, incluyendo productos, servicios, capital, conocimientos y habilidades, así como capacidad de producción. Entre ellos, el intercambio de capacidad de fabricación será un área crucial en medio del auge de la modernización industrial de China.  El Gobierno del país ha establecido unas directrices para el desarrollo de las plataformas de Internet para las pequeñas y medianas empresas, y se propone asimismo establecer una plataforma de economía compartida para optimizar e integrar aún más la información de mercado y la capacidad de producción de esta nueva economía.