De cara a Río 2016, llevando un poco de Brasil y su capoeira a las abejitas de beBee.

La primera impresión que despierta ver a un grupo de practicantes de capoeira es una mezcla de admiración y asombro, no sólo por la vistosidad y ritmo de sus ejercicios, sino por el funcionamiento armónico de la mecánica corporal: piernas, brazos, tronco y cabeza se desplazan con armonía dejando relucir las posibilidades de acción física con que cuenta todo ser humano.

En medio de la fascinación uno puede preguntarse si lo que observa es un juego audaz, una danza ejecutada al compás de música de tambores y berimbau (peculiar instrumento de una sola cuerda similar a un arco) o una representación artística que requiere de improvisación, creatividad y destreza mental. Lo cierto es que, dicen sus seguidores, esta disciplina física tiene un poco de todo eso y más.

La capoeira se considerada mayoritariamente un arte marcial de raíces africanas que se ha desarrollado en Latinoamérica, concretamente en Brasil, donde la Federación de Pugilismo lo decretó deporte nacional; por ello es común ver que hombres, mujeres y niños de esa nación lo practiquen en lugares tan diversos como universidades, escuelas, parques y centros deportivos, y hagan de él una auténtica expresión cultural y forma de vida.

La fama de esta disciplina ha trascendido sus fronteras de origen, por lo que grupos de práctica se encuentran ya en muchos lugares del mundo. y son cada vez más los aficionados, quienes comprueban los beneficios psicológicos y mentales que se derivan de su práctica constante.

Historia

Por desgracia no es posible determinar con exactitud el origen de la capoeira, ante todo porque no existen registros escritos de esta actividad sino hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, queda claro que sus antecesores se encuentran en culturas africanas que durante el siglo XVI hacían frente a los europeos, quienes además de explotar materias primas, buscaban esclavizar a los nativos para llevarlos a América.

Los pobladores de los territorios ocupados que mantuvieron su libertad crearon ciudades autónomas (quilombos) donde, además de llevar su vida al margen de los invasores, practicaban técnicas de combate cuerpo a cuerpo para crear resistencia; se piensa que el vehículo que emplearon para facilitar la enseñanza pudo ser la danza. A pesar de ello, la superioridad tecnológica de los colonizadores hizo que muchos de estos diestros hombres fueran sometidos y enviados por la fuerza a las plantaciones en Brasil.

Ya en territorio americano, los esclavos africanos emprendieron múltiples rebeliones con resultados no siempre positivos, aunque aquellos hombres que escaparon siguieron el mismo ejemplo que en el "continente negro" y se resguardaron en selvas y bosques de difícil acceso para los portugueses, donde crearon nuevos centros urbanos y seguramente dieron continuidad a la enseñanza de disciplinas marciales o de combate.

El quilombo más importante del "nuevo mundo" fue el de Palmarés, también llamado Pequeña Angola, ya que ofreció mayor resistencia, fue el más longevo y también el mejor organizado (agrupó entre 20 y 30 mil personas). Es muy probable que este centro habitado por grupos de lengua bantú haya sido la cuna de la capoeira, y que los habitantes que se dispersaron luego de su sometimiento (finales del siglo XVII) enseñaran esta técnica a esclavos y gente pobre de los suburbios urbanos.

Algunos historiadores sostienen que la capoeira deriva, más bien, de danzas o competencias de los barrios bajos de las ciudades, conocidas como samba duro o pernada, en donde sólo los hombres más fuertes participaban; esta forma de juego consistía en propinar golpes con las piernas para desequilibrar al adversario, todo esto en torno a un círculo de músicos.

Lo cierto es que con el paso del tiempo la capoeira se convirtió para muchos brasileños del siglo XIX en sinónimo de rufianes y ladrones de los suburbios marginados, por lo que las fuerzas del orden iniciaron la persecución y captura de todo aquel que la practicara, además de que en 1890 se dictó una ley que prohibió las exhibiciones callejeras en forma terminante.

Pese a la adversidad, el resurgimiento de esta disciplina se dio en 1927, cuando Manoel dos Reis Machado, mejor conocido como el maestro Bimba, fundó la primera academia formal de capoeira como arte marcial; se incluyeron movimientos para derribar a otra persona y desplazamientos acrobáticos, así como secuencias de entrenamiento fijas. Años más tarde, Vicente Ferreira, el maestro Pastinha, fundó su propia academia, en la que desarrolló un estilo de combate más lento, pero con mayor énfasis en aspectos rituales y estrategia mental.

Ambos estilos, también conocidos como capoeira regional y angola, respectivamente, son diferentes a otras artes marciales debido a que su objetivo no consiste en derrotar al contrincante demostrando mayor fuerza, sino que control corporal, técnica, velocidad, malicia y creatividad son cualidades todavía más importantes para inclinar el resultado a favor de uno u otro participante. Asimismo, su práctica siempre se acompaña con música, lo que permite crear ambiente ambivalente donde conviven camaradería y rivalidad; la intención de esto, sostienen los practicantes, es recordar que el ser humano vive en un mundo dual, donde no todo es positivo o negativo.

Para concluir respecto a la historia de la capoeira, cabe mencionar que los esfuerzos por reivindicarla dieron frutos en 1934, año en que un decreto presidencial anuló la legislación que la prohibía, pero sobre todo, el 26 de diciembre de 1972, cuando se aprobó su reglamento técnico y, debido a su aceptación, historia y difusión, se elevó al rango de deporte nacional de Brasil.

Es un jogo bonito (juego bonito):

La práctica se puede realizar tanto en espacios cerrados como abiertos, basta que el lugar elegido cuente con piso o suelo nivelado y sea amplio para dar cabida a los numerosos participantes, quienes se alinean formando un cuadrado o roda en espera de su turno para participar y desde donde también interpretarán las melodías de corte afrobrasileño tan características de esta arte marcial. En el área central delimitada es donde se lleva a cabo el enfrentamiento o jogo.

Antes de iniciar las actividades el maestro entona un canto improvisado para dar consejos a sus camaradas, narrar historias con enseñanzas sobre la vida y resaltar que la capoeira es útil para quienes deseen realmente acercarse y penetrar su secreto, sean hombres o mujeres. Al concluir esta etapa inician los cantos en grupo donde predomina el tema de la lucha en el deporte y en la vida cotidiana; es común que se entonen leyendas sobre antiguos practicantes africanos y brasileños en donde se entremezclan picardía y melancolía, amén de que se suele resaltar la importancia de valores como humildad, caballerosidad, solidaridad, inteligencia y justicia.

Los capoeristas sostienen que sus movimientos están inspirados en ciertos animales, como araña, jaguar y mono, de modo que en ocasiones se practican posiciones en "cuatro patas" que menosprecian la posición erguida y vulnerable con que vive un ser humano cuando carece de flexibilidad, estrategia, fines constructivos y propósitos.

Los entendidos mencionan que lo que permite distinguir a un buen practicante de capoeira es la ginga, desplazamiento circular y cadencioso que expresa el ritmo y estilo individual, a la vez que enmascara la táctica a seguir; con él se busca envolver al oponente, sugestionarlo y ponerlo en aprietos para que manifieste sus deficiencias técnicas o falta de concentración.

A diferencia de otras artes marciales, el enfrentamiento en esta disciplina no es lineal ni directo, sino ingenioso, con improvisación y destacado diálogo corporal, brindando una enseñanza sobre cómo enfrentar las adversidades que se presentan en la vida. Así, a través de la belleza plástica de los movimientos y la cadencia de la música se logra una nueva forma de comprender la vida y de convivir con los semejantes; no por nada, los capoeristas llaman a su arte cariñosamente jogo bonito.

Beneficios para la salud

Como otras artes marciales, la capoeira tiene la peculiaridad de ejercitar cuerpo y mente a la vez. Respecto al primer punto, sus características permiten clasificarla como deporte aeróbico, es decir, exige mayor actividad respiratoria y del sistema circulatorio. Sus beneficios son:

· Mejora el tono muscular y resistencia a la fatiga.

· Fortalece a los pulmones y mejora la circulación de oxígeno en la sangre.

· Da mayor flexibilidad a las articulaciones.

· Ayuda a contar con mejor sentido del equilibrio.

· Facilita la relajación, disminuye la tensión y mejora la calidad del sueño.

· Elimina grasa corporal excesiva y permite mantener el peso ideal.

· Favorece estilos de vida sin tabaco, alcohol y drogas.

· Estimula la liberación de endorfinas, llamadas "hormonas de la felicidad".

· Mejora la respuesta sexual.

· Disminuye niveles de colesterol "malo" y el riesgo de padecer infarto.

· Regula la tensión arterial.

· En cuanto a salud mental también ofrece ventajas diversas:

· Facilita la adecuada canalización de estrés y ansiedad.

· Alienta a la superación individual y fortalece la disciplina y carácter.

· Inculca una forma de vida constructiva y alegre basada en tolerancia, respeto, astucia y amabilidad.

· Incrementa autoestima y autoimagen.

· Aumenta la vitalidad, por lo que proporciona más energía y capacidad de trabajo.

· Fomenta la convivencia entre amigos y familiares, además de que permite conocer gente.

· Reduce la violencia en personas muy temperamentales.

· Permite distracción momentánea de las preocupaciones, con lo que se obtiene tranquilidad y mayor claridad mental.

En fin señoras y señores a practicar Capoeira...