Cuando sea grande quiero ser un niño...

“Como nos los tenemos que quedar durante los próximos 18 años o más, aprendamos de ellos. Esto es lo que los niños nos pueden enseñar sobre la felicidad”

Me puse a pensar en las diferentes de reacciones de la gente cuando se hace adulta, y me impresiona todo lo que vamos perdiendo o dejando atrás en nuestro camino a la adultez.

Nos volvemos mucho más críticos y duros con nosotros mismos.

No solemos ver un fracaso como un escalón o como el comienzo de algo.

No creemos, a veces ni en nosotros mismos y en nuestras capacidades.

Entre los niños hay una inmensa solidaridad y empatía, se prestan los juguetes, se intercambian los objetos, se ayudan mutuamente para hacer funcionar algún juego. Interaccionan así sean de diferentes países, culturas y no comparten ni siquiera el mismo idioma en ocasiones, pero son capaces de organizar un sistema perfecto de juego, con sus propias reglas y donde solo ellos mandan, y todo esto sin hablar y sin saber tan siquiera sus nombres aunque hayan pasado horas juntos.

Otra vez salta la idea de cómo cambia el ser humano cuando crece. Nos hacemos desconfiados, egoístas, queremos saberlo todo de la persona que está delante porque el prejuicio y la curiosidad nos invade, nos posee. Necesitamos saber para medir todo el tiempo si el otro es fiable o no.

Cuando los niños se caen al suelo se levantan enseguida y siguen corriendo o jugando, solo arman un verdadero escándalo cuando los adultos salen corriendo a socorrerlos como si fuera una tragedia. Para ellos no hay tragedia, están tan conectados con la vivencia del momento y son tan autorreferentes que todo lo que ocurre está perfecto.

De mayores nos desconectamos de nuestra esencia original. Tenemos que volver a conectar, volver a confiar en nosotros mismos, en los demás, en que todo lo que pase debe pasar, porque el plan se puede modificar una y otra vez.

Los niños están aún conectados, tienen una información que los adultos hemos perdido. El inocente está tan entregado a la vida porque cambia como ella, constantemente.