Adolescentes que no disfrutan de la vida si no es con móvil

La verdad es que estoy un poco desencantada con la sociedad. El domingo pasado, mi novio y yo fuimos a comer fuera. Cuando llegamos al restaurante en cuestión, había un montón de chicas adolescentes con dos madres celebrando un cumpleaños (o algún otro evento, vamos). Yo conté seis. Y de las seis, todas estaban embobadas mirando las pantallas del teléfono, haciéndose fotos para Instagram y viendo cosas en internet. 

"Esta la voy a subir a Facebook, esta la voy a colgar en Snapchat. Y esta, va sin duda para Instagram. ¿Qué hashtag podría ponerle?" Esa era la duda existencia que una chica le preguntaba otra. Cabe destacar, por si os lo estáis preguntando, no tenían más de catorce años. Seis chicas de catorce años, celebrando un cumpleaños y pegadas al móvil. 

¿Es la edad adecuada para tener móvil? 

Puede ser. La verdad es que no lo tengo muy claro. Sí, puede que sea una buena edad para tener teléfono móvil pero no para tener adicción al aparato (nunca es una buena edad para eso, es cierto). Estar sentadas tan cercas de ellas y escuchar cómo conocían las redes sociales, me hizo recordar en mi adolescencia. Yo no tuve móvil hasta los quince años. Y cuando lo tuve, estaba más encima de la mesa de mi habitación que en otro sitio. 

A los quince años, salía con mis amigos a hacer deporte (y sí, llevaba el móvil pero siempre en el bolsillo), al cine, a dar vueltas toda la tarde, a montar en bici... Con cualquier cosa estábamos felices. Teníamos quince años y parecía que nos íbamos a comer el mundo. Teníamos quince años y no mirábamos los mensajes del móvil a cada minuto. Lo máximo que llegábamos a hacer era jugar a algún juego que venía de fábrica con el teléfono. 

Padres y madres que son más adictos que sus hijos

Lo peor de todo es que las dos madres que estaban en el restaurante tenían todo el tiempo el móvil en la mano. Ambas se enseñaban cosas por el teléfono y se hacían selfies para subir las fotos a Instagram (o vete tú a saber dónde). Si esas chicas tienen como ejemplo a sus madres... ¿qué va a ser de ellas? Me temo que no van a poder dar un paso sin sus teléfonos. Y es una pena. 

Desgraciadamente, no es la primera vez que veo estas situaciones. En muchas ocasiones, he visto a padres y madres perdidos en las pantalla de sus móviles y sin hacer mucho caso a sus niños pequeños que necesitaban su atención. Son padres y madres irresponsables que no tienen ni idea del ejemplo que están dando a sus hijos. Cuando los niños lleguen a la adolescencia no sabrán vivir los pequeños detalles sin grabarlos o fotografiarlos. No captarán el sentido de la vida sin un móvil. 

Se está perdiendo el contacto, la cercanía y la sensibilidad

No sé vosotros si os acordareis cuando erais adolescentes. Pero yo recuerdo que mis amigos y yo éramos increíblemente cercanos. Siempre nos gustaba hablar de lo que se nos ocurriera en la cabeza, siempre nos mirábamos a los ojos y siempre nos escuchábamos los unos a los otros. Ahora, tengo la sensación que algunos adolescentes están perdiendo esa magia. Sí, quedan con los amigos. Pero todos se sientan en el suelo a estar con el móvil. O simplemente se dedican a hacer fotos con el teléfono. 

Ya no se miran, no se escuchan (a no ser si es una canción que esté en Youtube) y en contadas ocasiones hablan entre ellos. Me da mucha pena que piensen que no se van a divertir si no tienen teléfono. Me da mucha pena que piensen que ningún acontecimiento merece la pena si no se suben las fotos a Instagram. No digo que no tengan móviles. Lo que digo es que no dejen que los teléfonos sean su vida entera y el centro de su universo. 
Escrito por Mel Elices Agudo, fundadora del blog de reflexiones educativas Nunca jamás y yo y del canal de Youtube Mel en Nunca jamás.